Ahora vamos a bailar

Aug 15, 2023

Es un día maravilloso para compartir, ¿no lo crees?

Hoy te escribo desde Matera, Italia, trabajando en mi nuevo proyecto mientras saboreo un café expreso. Estoy reflexionando porque hace poco lancé mi curso de autoliderazgo y también mi podcast, ahora espero ansioso la llegada de mis amigos de Alemania para disfrutar de una cena juntos y en realidad pienso que este día es especial. 

Hace tan solo tres meses todo fue diferente, muy diferente. De hecho, fue como una pesadilla...

Aún recuerdo esa noche en el hospital, el frío se adentraba en mi piel y me preparaba para una cirugía. Fue durante un chequeo médico de rutina que me diagnosticaron hernias abdominales, prediabetes, gastritis y requería una cirugía inmediata.  La idea era que mi novia me acompañara durante cirugía y el proceso de recuperación, pero terminamos unos pocos días antes de la cirugía, es otro tipo de dolor, pero también duele, créeme. 

Al salir de cirugía y bajo los efectos de la anestesia no sentía nada y pensé: al menos todavía tengo algo de dinero para viajar y pensar qué hacer. Como vivía en las nubes y enamorado no puse mucha atención a lo que pasaba a mi alrededor. 

Cuando desperté al siguiente día me sentí solo, quizás abandonado y de repente con mucho tiempo libre, así que empecé a revisar los estados financieros de mis empresas y unos oficios que ni siquiera había visto, entonces me golpeó otra realidad.

Las 2 empresas tenían flujo de caja por menos de 3 meses antes de entrar en bancarrota, tenía que pagar una aterradora suma de dinero por mi divorcio y además el propietario de mi apartamento me canceló el contrato. ¿y ahora, podría pasar algo más?

Mi mundo parecía tambalearse y la melancolía se apoderó de mí.                 

En ese instante, recordé una escena de mi adolescencia en Alemania, caminaba de regreso a casa y ocurrió una pelea desequilibrada. Se trataba de un alemán gigante, parecía boxeador de peso pesado contra un ruso flaquito que no tenía físico de peleador. De un solo golpe, el alemán mandó al ruso al suelo y uno podría pensar que así inició y terminó la pelea. Al menos eso pensé, porque el ruso se levantó desafiando de nuevo al alemán y así ocurrió varias veces, hasta que el hombre ruso tenía su rostro ensangrentado e hizo algo que nos sorprendió a los que asombrados mirábamos:

 El ruso empezó a sonreír mientras lamía sus heridas y en un pésimo alemán dijo: -  “Ahora vamos a bailar” -

Así que vi cómo la fuerza y valentía abandonaban al alemán, mientras él salía corriendo. Aquí me di cuenta de que nadie quiere pelear contra alguien que nunca se rinde. El ruso nunca se rindió, a pesar de los golpes. Esa cruda imagen me inspiró, comprendí que la clave no era necesariamente ganar, sino resistir sin rendirse. No se trata de ganar, se trata de no rendirse. Era el impulso que necesitaba para preguntarme ¿Qué puedo hacer ahora?

Tengo solo 3 meses, si voy con todo de pronto salgo de esto y si no, al menos lo intenté…

Así nació la idea del reto de 90 días, con objetivos claros en mente:

1) Mejorar mi situación financiera, superando las pérdidas iniciales y generando flujo de efectivo positivo en mis empresas.

2) Actualizarme, mejorando mi salud física, adquiriendo nuevas habilidades y lanzando un nuevo producto o servicio.

Comprendí que cada día era valioso en este proceso. Así que establecí reglas y principios para mí:

Reglas/Principios

Invertir en mí mismo:

  •     Estudiar, entrenar, cuidar mi dieta.
  •     Adoptar una dieta antiinflamatoria para mantener la energía alta.
  •     Incrementar gradualmente la intensidad de mis entrenamientos.
  •     Priorizar la acción sobre la teoría.
  •     Organizar bloques de tiempo enfocados sin interrupciones.
  •     Buscar belleza y calidad, abrazar la simplicidad.
  •     Tomar decisiones de manera más ágil o eliminar la necesidad de tomar decisiones.
  •     Evitar distracciones, especialmente las relacionadas con relaciones sentimentales.             

En cuanto a mi dieta:

  •     Eliminé alcohol, drogas y nicotina.
  •     Evité gluten, azúcar refinado y aceites de semillas.
  •     Mantuve una buena hidratación, bebiendo al menos 2 litros de agua al día.
  •     Opté por una dieta rica en proteínas.
  •     Establecí una rutina de comidas repetitivas para simplificar.

Mi plan de entrenamiento y recuperación fue gradual:

Las primeras 4 semanas se enfocaron en ejercicios suaves en las mañanas. Luego, añadí entrenamientos más intensos progresivamente. En la semana número 8 empecé a sentirme agotado y perdí peso debido a la intensidad de los entrenamientos en un solo día. Por eso, a partir de ese momento dejé de trotar en la mañana y solo me enfoqué en el entrenamiento del medio día.

Plan de entrenamiento y recuperación

En las primeras cuatro semanas nada de gran esfuerzo y solo en las mañanas.

  •     Semana 1: caminar 20 min
  •     Semana 2: elíptica 20 min
  •     Semana 3-4: trotar 20 min 

A partir de la semana 5 en adelante agregue un entrenamiento al medio día subiendo cada vez la intensidad:

  •  Lunes, miércoles, viernes pesas en el gimnasio (una serie con repeticiones hasta agotamiento)
  •     Martes, miércoles Muay Thai con entrenador privado.
  •     Sábado, domingo: descanso.

[Si quieres saber más acerca de mi dieta o plan de entrenamiento déjame un comentario abajo.]

En la parte laboral me puse a trabajar.

Lo primero fue reestructurar las dos empresas para optimizar el flujo de caja y alinear el equipo con los valores, durante el proceso, salieron varios integrantes de la organización. Ahora contaba con un gran equipo alineado con los valores y aunque éramos menos, logramos más. Por otro lado, mi salud estaba mejorando y la dieta estaba funcionando, la gastritis desapareció.

Todo iba por buen camino hasta que una noche recibí la llamada de la mamá de mis hijos, indicando que mi hijo mayor tiene todos los síntomas de meningitis, después de varias horas en el hospital  y exámenes finalmente una buena noticia: no era meningitis. Al llegar a casa, a la madrugada pensaba que esta vez tuvimos suerte,  pero la suerte no duraría mucho. Días después recibí otra llamada de la madre de mis hijos, ahora indicando que estaba de nuevo en el hospital con mi hijo menor, él tenía neumonía. Intenté buscar consuelo llamando a mi padre, pero cuando hablé con él, me contó que  tiene cáncer.

Mentalmente estaba más y más ocupado con estos temas y no con el trabajo. La recuperación del flujo de caja de las empresas no va como se había planeado y queda menos tiempo. Inicialmente intente  hacer cada día algo más (18 horas por día) pero sin verdaderos resultados.

Al mes de mi cirugía, mi cuerpo me pasó factura. Desperté con un fuerte dolor de cabeza, fiebre, fuertes síntomas de alergia y mi visión estaba altamente reducida. Entonces me preguntaba: ¿Qué hago?. Como soy ingeniero de sistemas, pensé que cuando una computadora no funcionaba, uno la reiniciaba… pero ¿Cómo puedo resetear mi cuerpo? Ponerlo bajo gran estrés seguido por un tiempo de descanso.

Para el estrés, me quedé 24 horas en ayuno y aumenté la intensidad del ejercicio por este día seguido por un viaje corto al campo, junto a mis hijos, re-conectándome con la naturaleza para poder descansar.

Durante el viaje me di cuenta de que necesitaba una rutina de hábitos para automatizar mis comportamientos. Esta sería así:

4:30 a.m. Levantarme

  • Tomar café, trotar, estirar, estudiar y planear el dia
  • Terminar 1 cosa del trabajo
  • Desayuno
  • Alistar para el dia

8:15 a.m. Reunión diaria con el equipo y hacer los temas urgentes que pueden bloquear miembros del equipo.

9:00 a.m. Hacer el trabajo más importante del día

12 p.m. Pausa de almuerzo

  • Entrenamiento
  • Almuerzo
  • 10 Min “Power Nap”

3 p.m. Reuniones

7 p.m. Cena y tiempo para relajarme

9 p.m. Dormir

Te preguntarás ¿todo esto sirvió para algo?

En verdad te digo que en los últimos 90 días he logrado mucho más que en los últimos 3 años. Valoremos los objetivos: Físicamente estoy en mi mejor estado desde hace 10 años. Mi gastritis y pre-diabetes desaparecieron. Mi nivel fitness es muy superior, incluso al que tenía antes de la cirugía. Aprendí cómo hacer un podcast y lo lancé junto a mi curso de Autoliderazgo, que además contiene partes de los principios que he usado para lograr esto. Financieramente estoy mejor que al inicio, aunque la mitad de esto salió de una baja de impuestos inesperada.

Me encantaría conocer tu opinión, incluso tu situación para poder ayudar, solo escribe en la sección de comentarios y si consideras que este artículo puede ser útil para tu círculo, ¡no dudes en compartirlo, alguien cercano a tí podría necesitarlo!

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